LOS OLIVOS Veinte eran los olivos que había en el trozo de tierra propiedad de mis padres. Olivos plantados con esmero cariño y esperanza, Eran preciosos de un color verde reluciente por lo bien cuidados que estaban. En ellos ponía mi padre todo su afán. Se recreaba mirándolos quizá pensaba en su padre. Mi abuelo, era podador. En su juventud cuando llegaba el tiempo de la poda él se recorría los olivares preparando los olivos para que fueran productivos en la siguiente cosecha.Poco a poco en la tierra que tenía fue plantando sus propios olivos. Gracias a su esfuerzo y a la buena administración de mi abuela, tanto mis padres como nosotros sus nietos, pudimos disfrutar de su fruto y del mejor aceite que según decía mi madre nos mantenía sanos.
De esos olivos había uno con una rama horizontal fuerte de la que uno de mis hermanos se suspendía con los brazos y se balanceaba como si fuera un columpio. Nuestro padre le decía que tuviera cuidado, no sea que se le escaparan las manos y se cayera. Pero esto G. A D. nunca pasó. Para mi hermano era toda una aventura balancearse en el olivo nos retaba a los demás pero ninguno@ nos atrevimos nunca a balancearnos en aquel improvisado columpio.
De esos olivos había uno con una rama horizontal fuerte de la que uno de mis hermanos se suspendía con los brazos y se balanceaba como si fuera un columpio. Nuestro padre le decía que tuviera cuidado, no sea que se le escaparan las manos y se cayera. Pero esto G. A D. nunca pasó. Para mi hermano era toda una aventura balancearse en el olivo nos retaba a los demás pero ninguno@ nos atrevimos nunca a balancearnos en aquel improvisado columpio.
duerme la siesta
en la sombra del olivo
que plantó su padre
38 comentarios:
Hola Pepita,me ha gustado el comentario de los olivos,además me gustan mucho.
Hace un rato he llegado de la excursión,hemos pasado un buen día,sin lluvia,y todo muy bien,gracias a Dios.
Los olivos me encantan con sus troncos que parecen esculturas talladas..tiene que ser una gozada crecer cerca de unos olivos plantados por la familia, tu haibun y haikume parecen preciosos gracias por compartirlo un saludo cariñoso de Begoña
Gracias por este entrañable relato. Mi abuela, que era de Jaén, usaba el aceite de oliva para todo... por supuesto para guisar, pero también para dar friegas y quitarnos el dolor de tripa, para hacer con unas gotas de agua una emulsión que te dejaba la piel hidratada, sobre todo si tenías escoceduras... en fín, toda una vida, una cultura en torno al olivo.
Cesa la brisa;
en torno al olivo
unas huellas
Bien podrían ser las vuestras.
Un abrazo, Mercedes
Muy emotivo tu recuerdo de los olivos de tu casa y los recuerdos de la niñez. Hoy es un "haibun", esta denominación es nueva para mí.
¿Me podrías explicar qué significa?
Un abrazo. Franziska
¡Hermoso recuerdo, Josefa!
Con un haiku encantador.
Gracias por este grato momento que cobra vida en tus palabras y en nuestro corazón.
Un beso.
Mercedes:Gracias maestra, por el hermoso haiku que me dejas. ¡Que Maravilla!
Lo pondré un día en un post.
Gracias por venir a este humilde blog.
Los olivos me encantan, Voy mucho a la comarca de las Garrigas aqui en Lleida, los campos estan llenos de olivos y sus pueblos huelen a ese nectar llamado ACEITE.
Un beso
Hermoso recuerdo, bellos días de juventud y travesuras. Hermoso haikú. Besos.
Los olivos son preciosos, yo tengo dos en la terraza de casa en unos tiestos grandes y me dan un frasco grande de aceitunas uno de ellos (el otro todavía es joven)que las aliña mi marido y son riquísimas.tu haiku es precioso, yo diría que es un homenaje a tu padre.Besotes
Me ha encantado tu relato Josefa, y el haiku final es precioso. Gracias.
Un beso.
Amiga María Josefa; recuerdos de infancia que se niegan a abandonarnos.
Un afectuoso saludo
Querida Josefa,
Que bello relato de tu infancia, que recuerdos más bonitos!
A mi también me gustan mucho los olivos.
Sigue deleintándonos con tus relatos, nos encantan!
Un gran abrazo,
Mariaisabel
Querida Josefa,
Que bello relato de tu infancia, que recuerdos más bonitos!
A mi también me gustan mucho los olivos.
Sigue deleintándonos con tus relatos, nos encantan!
Un gran abrazo,
Mariaisabel
Grandes momentos del ayer hoy entrañables recuerdos. Bonito relato...
Gracias por tu visita
Un abrazo
Hola que tal..
después de unos meses obcecados
vuelvo a tomar las riendas
de mi Caja De Zapatos..
he vuelto con una nueva nota llamada “Secándonos” te invito a que sigas leyendo..
un abrazo fuerte!!!
Ese olivo será historia para recordar personas, momentos graoa y llevar la vida de los que nos precedieron a las generacionEs que van llegando.
CON TODO AFECTO
Precioso relato Josefa, además, por el motivo que sea, los olivos me dan cierta alegría. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea. http://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/
Me encantan demasiado los olivos..
un abrazo!
Paso a saludarte...
Un abrazo
Carmen : Gracias por tus amables ppalabras.
Abedul: Sí, vivr cerca de los olivos, hiso que al recordar aquellos años, vinieran a mi memoria dias muy felices al lado de mis padres.
Hola Franzisca: Espero que recibieras el correo en el que te explicaba, lo que es un haibun.
Gracias por tu comentario.
Juan Carlos : Gracias por estar y por tus palabras. Maestro.
Josefina : Hace tiempo fuí a Lleida y Sus olivos me recordarón los de mi tierra.
Gracias por tu comentario
Rosa Maria: Gracias por tu compañia.
Charo: Siempre que escribo sobre mis recuerdos de infacia es como un homenaje a mi familia.
Que buenas deben estar las aceitunas de los olivos de tu terraza. En mi casa nunca faltaban las aceitunas en la mesa. Ahora no por que yo no las puedo comer por la tensión.
Gracias por estar.
Ecos de Ubeda: Me alegro que te guste.
Leti Sicilia: Te agradecco tus palabras que viniendo de una gran haijin me llenan de agradecimiento y satisfación. Gracias.
José Maria: Si, a partir de la jubilación los recuerdos lejanos vienen a la memoria antes que los recientes.
Gracias por tu comentario.
Maria Isabel: Me alegro de que vengas por aquí, después de tanto tiempo. Besos.
Mar de Libertad. Muchisimas gracias por tus ambles palabras.
Allek: Ya te visité y te doy las gracias por recordarmelo.
Maribel. Otro beso muy fuerte para tí.
Icue: Gracias por tu comentario.
Pepe: A mi tambien me gustan mucho los olivos y las aceitunas más.
Gracias.
Hola Josefa, ¿Cómo estás? Soy el nieto de Rosa, Adrián. ¿Te acuerdas de mi?
Bueno me ha gustado mucho este texto sobre los olivos, porque yo mismo me acuerdo que bareaba los olivos con la bara en mi pueblo hace unos años. Y me gustó mucho.
Por cierto tu blog está muy bien. Intentaré pasarme más a menudo por tu blog, pero como estoy de exámenes y otras cosas, es difícil como comprenderás.
Dale saludos a mi iaia, cuidaros muchos y nos vemos pronto.
Un abrazo, Adrián.
querida Josefa que precioso el relato de los olivos de tus abuelos ...es maravilloso como antes los nietos admirabamos las cosas de la casa de los abuelos...
gracias por venir a verme sabes lo mucho que te quiero ya unos años y por muchos querida Josefa
besos y para tu hermano de mi parte
con cariño
Marina
quizas no sea casualidad que haya llegado hasta los olivos,,,
es que los relatos de infancia,,,
son los mejores abrigos de mi siesta,,,
"duerme la siesta
en la sombra del olivo
que plantó su padre"
y remonta a aquel lugar,,,
a aquellos aromas,,,
a los colores familiares,,,
gracias Josefa por tu palabras,,,
y seguiré mi paseo por tu letras,,,
cuenta más de aquellos días,,,
que despiertas todos los sentidos
besosos desde mi siesta
y gracias infinitas
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