sábado, 29 de diciembre de 2007

GRACIAS


En estas fechas tan familiares he reflexionado sobre los seres queridos que dejaron esta vida y que influyeron con su presencia y cariño a que fuese feliz y que con ellos se fue parte de mi vida.
Y sin saber como, me salió este escrito, dando gracias por todas las personas queridas que estuvieron a mi lado y por las que aun comparto mi vida, que con su presencia, me dan su apoyo, cariño y comprensión. Y por más cosas que son de agradecer.

Gracias Señor por...

Por mi vida.
Por mis padres.
Por mis hermanos.
Por las alegrías.
Por el amor de mi esposo.
Por los hijos que me distes.
Por los nietos.
Por toda la demás familia a la que quiero.
Por las amigas y amigos.
Por las penas, que han hecho, que me acerque más a ti.
Y porque cada día espero que me concedas tu perdón.
GRACIAS SEÑOR por todo

miércoles, 26 de diciembre de 2007

COMPARTIR


Un día cercano a la Navidad, mis padres pensaron en hacer, una visita a una mujer del pueblo que estaba pasando por la muerte de un familiar muy cercano, además de estar económicamente muy mal.
Mi madre puso en una cesta un poco de todos los embutidos que se habían hecho en casa. También le puso dulces de los que se hacían para estas fechas, que eran pestiños, bollos de manteca, rellenos de cabello de Ángel, roscos de vino y mantecados. Todo era artesanal pues en los años cuarenta en mi pueblo como en otros, lo mismo los embutidos que los dulces, se hacían en casa.
Cuando mi madre terminó de preparar la cesta, mi padre me pidió que lo acompañara. Lo hice encantada. Me cogió de la mano y pasamos la calle en penumbra (Era al atardecer)el alumbrado publico era muy débil, la luz que había era la de las bombillas de las esquinas. Cuándo llegamos a la casa que íbamos a visitar, mi padre tocó el aldabón - ¿quién es? Preguntó una voz de mujer. Mi padre le dijo su nombre y la misma voz le dijo que pasara. Solo tubo que empujar la puerta. Recuerdo a una mujer vestida de negro con un pañuelo en la cabeza atado al cuello. Estaba sentada delante de una mesa camilla, y se alumbraba con la luz de un candil. Su aspecto era muy triste.
Mi padre le dijo unas palabras de consuelo y le dio la cesta que la mujer agradeció mucho, estuvimos allí un rato acompañándola. Mi padre se despidió de ella con unas palabras de aliento.
Volvimos a casa en silencio.
Pienso que mis padres esa noche dormirían con la satisfacción de haber hecho una buena obra.
Yo, seguramente por la edad que tenia, no pensé en nada pero aquella vivencia quedó gravada en un rinconcito de mi mente. Y es ahora en estas fechas cuando más viene a mi memoria el ejemplo que mis padres me dejaron al compartir lo que tenían con una persona que lo necesitaba.

sábado, 8 de diciembre de 2007

FESTIVIDAD DE LA INMACULADA


En mi pueblo se celebraba por todo lo alto el Ayuntamiento traía de Córdoba una banda de música, que tocaba en la misa y en la procesión.
Las hijas de María asistíamos a todos los actos con la medalla que nos acreditaba como tales.
Las que podían estrenaban los abrigos largos( le llamábamos así a los abrigos de invierno)
Ese día comíamos en mi casa sopa y carne frita con tomate, que mi madre la hacía muy buena, de postre arroz con leche recién ordeñada de las cabras que teníamos.
Por la tarde íbamos a la procesión que transcurría por las calles del pueblo y terminaba en la Iglesia. Después nos íbamos a casa y así terminaba el día de la Inmaculada Concepción.
Como veis estos eran otros tiempos se vivía la vida mas tranquila, yo creo que la juventud y los niños/ñas éramos mas felices que lo son ahora. Nosotros cuando salíamos nos tomábamos una gaseosa y lo pasábamos bien, siempre riendo y contando chistes.
Cuando veo a tantos problemas que se enfrenta la juventud pienso que a pesar de las deficiencias que pude tener en mis años jóvenes he vivido la mejor época.


martes, 4 de diciembre de 2007

CUATRO DIAS SIN TI


Ultimo adiós a mi hermano Fernando.
Desde mi blog quiero decirte que te echo en falta.
Te emocionastes con los escritos que con el afán de distraerte gravé para ti y que se referían a nuestra infancia. También te gustaron mucho otros escritos que te hacían reír.
Gracias hermano mío por el ejemplo que nos has dejado, llevando tu enfermedad en silencio, sin quejarte y aceptando con resignación la voluntad de Dios.
Descansa en paz. Querido hermano.