Cerca de
casa había una finca con una piscina los guardeses con el consentimiento de los
dueños nos dieron permiso para bañarnos
cada vez que quisiéramos. No obstante nos cuidábamos mucho de no ir cuando
venían los propietarios. Respetando su intimidad
agradecíamos su generosidad
haciendo que pasáramos un verano más agradable , pues en aquellos
tiempos eran muy pocas las personas que disfrutaban de una piscina privada o pública,
esta última no tengo constancia de que la
hubiera. Fali,–nuestra amiga- mi hermana y yo decidimos hacernos los bañadores. Como mi hermana estaba aprendiendo el corte y
confesión se ofreció para dirigir la costura de dichos bañadores.
Fali eligió el color verde azulado, mi hermana el rojo y yo, el azul electrico. Escojimos un modelo muy actual -años cincuenta- era muy recatado, cubriendo desde las exilas a las ingles, redeado de pespuntes y gomas para así darle elasticidad. Quedaron muy bonitos
Empezamos
los baños, íbamos casi todos los días al
medio día. Con mis hermanos y mis primos
uno de ellos nos enseñó a nadar. Mi hermano José que estaba haciendo un
curso de culturismo. Exivia sus músculos de pie en el borde de la
piscina. Admirábamos la musculatura que a fuerza de constancia y
disciplina estaba adquiriendo. Ahora
que han pasado tantos años al recordar estos hechos no dejo de sonreír, pues con estas pequeñas
cosas éramos felices y disfrutábamos
de compartir paseos
piscina y otros, en todos ellos yo, en particular era feliz pues el pasarlos con mi familia y amigos era todo un placer .
En el patio
de la casa donde viviamos habia una higuera muy frondosa que daba muy buenos frutos.Los domingos, por la tarde
mi hermano José y la fali se subían
en ella y cogían los higos ya maduros
y los vendíamos a las vecinas que
nos los compraban muy gustosas. Así aumentábamos nuestro
presupuesto para ir todos juntos al cine.
Casi siempre
íbamos al San Cayetano un cine al aire libre era un amplio recinto en el que
había varias plantas de olor entre ellas una dama de noche y jazmines que al
entrar te sentías inundada de su olor.
Este cine era el que estaba más cerca de casa. Éramos felices a pesar de las muchas carencias que
teníamos. pero que no echábamos en falta,
quizás por el cariño de nuestros padres.
En mi alma está todo el amor que nos tenían y el ejemplo que nos
daban al verlos a ellos felices respetándose y amándose -como decía mi madre - igual que el primer
día de casados Qué lejos están estos recuerdos pero que cerca en mi
corazón.
Cada uno
hemos vivido después nuestras vidas.
Todos y todas hemos pasado días felices y muy tristes pero siempre los
hemos vivido de acuerdo con las buenas enseñanzas recibidas.
Cuando nos
reunimos recordamos este verano como el
mejor. Después vinieron otros con otras
alegrías y otras inquietudes que cada uno vivió
según le fue, pero como digo antes
todos supimos vivirlos con dignidad y aceptando las contrariedades con resignación y esperanza.