lunes, 27 de agosto de 2007

Nuestros paseos

Ya hace bastantes días que no iba a pasear con mi esposo, Esta tarde tenía ganas de andar y nos hemos ido por el polígono Pedrosa. Hemos caminado a ratos ligeros y a ratos despacio, pues los dos tenemos achaques y no podemos forzarnos.

En el consorcio de la zona Franca que está por este sector, y en la calle los motores estaba la factoría de Butano S.A. donde mi esposo ha trabajado más de treinta años.

Todos estos terrenos han experimentado una gran transformación. En ellos han ubicado la Fira de Barcelona 2 además de muchas Industrias que operaban en Barcelona y se han trasladado aquí. Han puesto muchos jardines, zonas verdes, .han construido carreteras, dándole a esta zona un aspecto distinto al que tenia .Ahora viene mucha gente a pasear. Me dice mi esposo que todos los días pasaba por aquí cuando iba a trabajar y que entonces solo había barracas y el barrio Pedrosa, donde aun pueden verse casas que esperan ser derruidas. Pasamos por una en ruinas, - Aquí había un bar – me dice mi marido- Casi todos los días me paraba a desayunar. Dice - esto era antes de casarnos cuando vivía en la Florida con mi hermana.
Contemplo la casa me paro un poco para verla de cerca, veo las paredes al descubierto. Por la pintura y el papel pintado ya apenas visible por su deterioro, adivino donde estarían los dormitorios, comedor, cocina y aseo. Pienso en la gente que la habitó, en los momentos de felicidad.... de ilusión.... de Esperanza.... de sufrimiento..... que habrían vivido en ella.

Mi esposo me dice- ¿Qué piensas? ¡ Venga vamos!, le sigo y le cuento mis pensamientos. Él, rompiendo la seriedad de mis pensamientos, me contesta haciendo una alusión picante a los momentos de pasión que podrían haberse vivido en la casa. La hizo con tanta gracia que me reí con ganas.

Seguimos andando, pasamos la Gran Vía, por el puente que la atraviesa.
En una de las empresas que hay en este sector es donde trabaja nuestro hijo
Le dimos la vuelta mirando los coches aparcados, para ver si está el de él,
Lo veo desde lejos, él estaba al lado a punto de subirse, salí ligera y llegué antes de que arrancara el coche, se bajó y le dimos un beso.

Normalmente sale más tarde pero hoy iba con un amigo a hacer un cursillo, Estuvimos unos momentos con ellos, nos dijo que sus hijos y su esposa estaban bien, nos despedimos de él y de su amigo con un beso, nos fuimos a casa con la alegría de haberlo visto.

Este escrito es copia. Lo escribí en mi diario el día 4 –2 – 1998

jueves, 23 de agosto de 2007

Los jovenes de hoy en día

Observo a parejas jóvenes y compruebo lo generosos que son al adoptar niños. No les importa hacer un largo viaje, ya sea a la China, a Rusia o a cualquier país por muy alejado que esté. Ellos van con toda la ilusión a por ese niño, al que de antemano le dan todo el cariño del mundo .Una vez que ya lo tienen en casa lo tratan con tanta ternura y amor como cualquier padre trata a su propio hijo.

¡Benditos sean lo que esto hacen! Porque están cumpliendo el mensaje que Jesucristo nos dejó en el Evangelio. Él dijo “ El que acoge en mi nombre a un niño me acoge a mí”.

También observo, que son menos hipócritas que éramos la juventud de los años cincuenta y sesenta. Entonces solo se pensaba en el que dirán, ahora cuando deciden vivir en pareja o vivir su vida como les plazca, lo hacen sin importarles lo que puedan decir. Yo recuerdo cuando era jovencita que fue al pueblo una prima de mi madre que vivía en Madrid y dijo que su hijo mantenía relaciones prematrimoniales con su novia, mis primas y yo lo comentamos y nos extrañamos de que pudieran vivir así.

Ahora aunque pienso igual (Referente a mi vida particular,) veo que no importan las normas para vivir una relación que la mayoría de las veces funciona mejor que la más tradicional. Pienso que por que se viva una relación de pareja sin papeles no se es mejor ni peor, lo importante es ayudar y saber transmitir nuestro amor a los demás.

Yo desde aquí quiero expresar mi admiración a la juventud que sabe darse a los demás ya sea adoptando niños o cooperando en ONG.

.Si todos fuéramos conscientes de colaborar y ayudar a los que vemos que lo necesitan el mundo seria otra cosa, Confío en el potencial humano de la juventud ellos son el futuro.

Los adultos también tenemos que implicarnos en este afán ayudando y comprendiendo a nuestros jóvenes, aunque a veces nos cueste pues nuestra sociedad ha avanzado en el progreso y cambios de costumbres a pasos agigantados. Por otro lado “ Malo seria si estuviéramos viviendo todavía las costumbres que vivieron nuestros padres en su juventud. O sin ir tan lejos las que vivimos las personas que tenemos más de setenta años”

El mundo tiene que progresar lo que se debe es hacer buen uso del progreso y utilizarlo para el bien propio y de los demás.

Ya no me extiendo mas espero no haber sido muy pesada con mis reflexiones. Como veis estoy haciendo uso de los adelantos. Para mí que me gusta mucho comunicarme
el poder hacerlo usando las nuevas tecnologías, a punto de cumplir los setenta y dos años, es un sueño que jamás pensé que se hiciera realidad.

Dulces recuerdos

Cuando llegaba el verano nos íbamos a recoger la cosecha a la era. En el carro que iba tirado por dos mulas, mis padres cargaban los utensilios que íbamos a necesitar en los días que duraba la recolección, una vez que estaba todo en el carro mis tres hermanos, mi hermana y yo, nos subíamos con alegría en el, deseando llegar a la era.
Para nosotros pasar unos días en el campo era como para los niños de hoy ir de colonias

Después de recorrer un camino bastante rústico llegábamos a un arrolluelo que había que pasar, para nosotros era una aventura ver como las mulas y el carro atravesaban el arrollo salpicándonos de agua, después atravesábamos un campo de encinas que pertenecían a una finca que estaba cerca del pueblo, un poco mas adelante estaban las tierras que mis padres habían heredado recientemente de sus respectivos padres.
Lo primero que veía al entrar en ellas eran unos olivos nuevos, puestos al lado de unos cuantos más viejos, recuerdo que solo habia estos las demás tierras eran de secano, mi padre estaba muy ilusionado con los nuevos olivos pues decía que darían mucho fruto.

Pasado este trozo de tierra y al lado de los olivos viejos era donde nos instalábamos. Mi padre unos días antes de nuestra llegada hacía un chozo para dejar la ropa, la comida y los utensilios de cocina que mi madre se llevaba y para resguardarnos del calor en la hora de la siesta y de alguna tormenta propia del verano. Dormíamos al aire libre salvo que como digo antes cayera algún chaparrón. A la derecha en un trozo de terreno llano se ponía la era donde se dejaban las gavillas de trigo cebada o garbanzos para que el trillo las desgranara. El trillo era de hierro, tenia una silla, debajo de esta, unas ruedas en forma de aspas, este daba vueltas y vueltas en circulo, tirado por una mula. Mi padre, cuando trillaba nos llamaba y por turnos nos iba subiendo sentándonos a su lado: Para mi, el mejor paseo ya sea en coche o en cualquier transporte por muy cómodo que sea no es nada comparable al encanto que sentía en aquellos paseos en el trillo.

Cuando el grano estaba suelto se alventaba para separarlo de la paja y entonces ya limpio se echaba en sacos o costales previamente medido con una cuartilla y un medio armú a veces mi padre nos pedía que le ayudáramos a abrir los sacos, casi siempre era yo la que lo hacía, mis hermanos al ser mas pequeños siempre estaban jugando, mis padres jamás nos obligaban a nada, lo que hacíamos era porque como a mi me pasaba, disfrutaba de ayudarles en sus faenas. Para ellos lo más importante era que fuésemos a la escuela y fuéramos respetuosos y honrados con todas las personas que nos trataran.


Por la tarde bien peinaditos y limpios los cinco hermanos nos íbamos a casa de mi tío Alfonsito que vivía en una casa a medio kilómetro de nuestra era , él como se pasaba todo el verano en el campo se hizo una casa. Nosotros como pasábamos poco tiempo teníamos el chozo. A mí me gustaba mucho ir a casa de mi tío pues teníamos que ir por medio del campo sin camino pisando rastrojos sorteándolos para no pincharnos las piernas. Mi madre nos compraba todos los veranos unos sombreros de paja muy grandes para que no nos diera el sol en la cabeza, no obstante, estábamos más negros que el tizón.

Un día a mi hermano José le picó una avispa en el labio superior, se le inflamó tanto que le llegaba a la nariz, nos daba pena pero a la vez nos reíamos pues estaba muy gracioso.

Antes de que fuera de noche volvíamos con mis padres , cenábamos y después hacíamos la cama en la era, con la paja que quedaba de trillar. Todos con gran algarabía ayudábamos a extender las sabanas. Era una fiesta. Mi madre con gran cariño y paciencia ponía orden. Las mulas estaban al lado. Mis padres cogían las riendas para evitar que se fueran o nos las robaran. A mi me gustaba dormir con mis padres y mis hermanos tan cerca.

Mi madre mirando al cielo nos daba una lección de astronomía nos indicaba donde estaba el carro grande (La Osa mayor) el carro pequeño (La Osa menor ) el camino de Santiago ( La vía Láctea) otras veces nos contaba cuentos , el que más nos gustaba era el de”los siete cabritos” pero siempre nos pedía que rezáramos con ella antes de dormir .

Yo, mirando al cielo poblado de Estrellas... Me dormía y era completamente feliz.

Han pasado sesenta años y al evocar estos recuerdos tan lejos en el tiempo y tan cerca en mi corazón sigo sintiendo al recordarlos, el mismo encanto que sentía a los doce años al vivir aquellos días de mi infancia.

Mi blog.


Por fin tengo mi Blog, quiero escribir muy a menudo en él y contar mis vivencias.

Me gustaría no resultar aburrida.

Quien me iba a decir, que a mi edad (a punto de cumplir los 72 años) iba a estar tan pillada (como dicen los Jóvenes) por el ordenador.

Al escribir la palabra” pillada” me ha venido a la cabeza una anécdota que me contó una amiga. Decía que en su pueblo cuando iban al baile y la sacaban los chicos a bailar si ya tenían el baile ofrecido a otro o no querían bailar con el que se lo pedía, le decían, -Es que estoy “ PIYÁ“-, esto pasaba hace 65 años en un pueblecito de la provincia de Granada.