miércoles, 26 de diciembre de 2007

COMPARTIR


Un día cercano a la Navidad, mis padres pensaron en hacer, una visita a una mujer del pueblo que estaba pasando por la muerte de un familiar muy cercano, además de estar económicamente muy mal.
Mi madre puso en una cesta un poco de todos los embutidos que se habían hecho en casa. También le puso dulces de los que se hacían para estas fechas, que eran pestiños, bollos de manteca, rellenos de cabello de Ángel, roscos de vino y mantecados. Todo era artesanal pues en los años cuarenta en mi pueblo como en otros, lo mismo los embutidos que los dulces, se hacían en casa.
Cuando mi madre terminó de preparar la cesta, mi padre me pidió que lo acompañara. Lo hice encantada. Me cogió de la mano y pasamos la calle en penumbra (Era al atardecer)el alumbrado publico era muy débil, la luz que había era la de las bombillas de las esquinas. Cuándo llegamos a la casa que íbamos a visitar, mi padre tocó el aldabón - ¿quién es? Preguntó una voz de mujer. Mi padre le dijo su nombre y la misma voz le dijo que pasara. Solo tubo que empujar la puerta. Recuerdo a una mujer vestida de negro con un pañuelo en la cabeza atado al cuello. Estaba sentada delante de una mesa camilla, y se alumbraba con la luz de un candil. Su aspecto era muy triste.
Mi padre le dijo unas palabras de consuelo y le dio la cesta que la mujer agradeció mucho, estuvimos allí un rato acompañándola. Mi padre se despidió de ella con unas palabras de aliento.
Volvimos a casa en silencio.
Pienso que mis padres esa noche dormirían con la satisfacción de haber hecho una buena obra.
Yo, seguramente por la edad que tenia, no pensé en nada pero aquella vivencia quedó gravada en un rinconcito de mi mente. Y es ahora en estas fechas cuando más viene a mi memoria el ejemplo que mis padres me dejaron al compartir lo que tenían con una persona que lo necesitaba.

10 comentarios:

RosaMaría dijo...

Un recuerdo entrañable que seguramente fue otro de los ejemplos asimilados por vos.
¿acaso eres Josefa la que me deja los anónimos? Te dejo un saludo de presentació, pues es la primera vez que entro en tu blog. Seguiré paseando por aquí.

Marta dijo...

Me hubiese gustado nacer antes, para haber pasado más tiempo con los abuelos. Creo que de ellos se podía aprender muchísimo. Muchas veces, en muchas ocasiones, pienso como actuaría la Iaia ante algunas situaciones por las que yo paso, y entonces intento imitarla, las cosas se solucionan antes y resultan mucho más fáciles.

Un beso tita!.

Anónimo dijo...

La iaia siempre pensaba en todos, iba haciendo como una hormiguita, siempre en silencio, era muy generosa y como dice Marta un ejemplo que tenemos que seguir.

Cristina dijo...

Como me alegro de nuevo de ver Josefa en Azul.
Ojalá este espiritu nos acompañase a todos ahora y siempre, sabes? me voy a compartir con un amigo.
Gracias
Besos

Cristina

Josefa dijo...

Cristina el compartir nos hace felices,así es que no dejes de hacerlo.

Doncel dijo...

Josefa:
Este detalle es una de las grandeza del ser humano.(COMPARTIR)
NO ES MÁS FELIZ QUIEN MAS TIENE.
SINO QUIEN MENOS NECESITA.

Un beso y buen año,2008

Unknown dijo...

Hola Josefa me tenías preocupada,todos los días visitando tu blog y desde la Inmaculada nada, así que me he alegrado un montón hoy al ver un nuevo comentario tuyo y qué comentario lleno de ejemplo,tus padres te dejaron uno de los mejores regalos el de compartir me hubiera gustado mucho conocerlos.BESAZOS NAVIDEÑOS.charo

Josefa dijo...

Gracias ha todos/das por visitarme.
FELIZ AÑO DE TODO CORAZÓN.

Anónimo dijo...

Es tan cierto Josefa que los padres educan con el ejemplo,una buena obra se grabó en su mente para siempre,y que gran obra,la felicito por los padres que Dios le dió y por lo maravillosa persona que se nota es usted.

Marucha dijo...

Cuando doy algo, desde el fondo de mi corazón le doy gracias a Dios por poder darlo.
Dicen que si a uno le sobra algo,es que eso es de otra persona.