Algunos domingos de invierno, se levantaban mis padres temprano para hacer las migas, en cuanto los oía, me levantaba y me ponía a su lado, alrededor de la lumbre, sentada en una silla pequeña.
Mi madre preparaba los utensilios que se iban a necesitar.
Observaba como con gran esmero mi padre, que era el que las hacía, troceaba el pan, Después calentaba agua con sal y se la echaba aplastándolo con la paleta y dejándolo que se esponjara.
Ponía una sartén al fuego con un poco de aceite y freía bastantes ajos enteros, sin pelar y haciéndole un corte.
A continuación echaba el pan y entonces sin dejar de mover, lo iba cociendo y de vez en cuando lo aplastaba como si fuera ha hacer una tortilla y entonces cogiendo la sartén por el mango le daba la vuelta en el aire. Esto a mí me encantaba, pues me mantenía en suspenso hasta que caía de nuevo en la sartén.
Mis hermanos habían ido llegando a la cocina conforme se habían ido levantado y todos juntos esperábamos a que nuestro padre terminara de hacer las migas para comerlas.
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Una vez hechas, las ponía fuera de la lumbre, encima de las estrevez y entonces todos alrededor de la sartén, las comíamos acompañadas de chorizo y morcilla hecho en casa. Este era de vez en cuando nuestro desayuno.
Los demás días desayunábamos tostadas con aceite y café de cebada con leche.
Ahora a los niños no les gustan estas comidas, entonces era lo que conocíamos y los que podíamos comerlas éramos unos privilegiados.
Eran los años de la posguerra...
9 comentarios:
Me acuerdo cuantas veces en Corbera decíais que haciais migas, y nosotros, por aquellos tiempos niños, creiamos oir: Hormigas, y nos negabamos a comerlas, ... bueno de hecho yo me negaba a comer casi de todo. ¿Te acuerdas lo mal que comía?. Si hubiese pasado hambre, se me hubiesen quitado todas las tonterías. Me acuerdo del tito que siempre se reia, y me decía: PERO COMEEEE, NO MASTIQUES LA SOPA!!!, y a mí me daba miedo. Que risa me hace ahora recordarlo. Diselo tita, dile que me acuerdo mucho de él a la hora de la comida.
Un beso muy fuerte para los dos.
Hola preciosa ¿recibiste mi mensaje en contestación al tuyo sobre "espinas"?,te lo contesté en tu anterior escrito sobre voluntariado.Yo también tengo recuerdos de los desayunos en casa,los preparaba mi padre antes de marcharnos al "cole"y consistían en leche con abundante pan y azucar ¡¡y que bueno nos sabían!!Desde entonces no he vuelto a desayunar así.Mi madre también nos hacía a veces migas para comer y las comiamos con pan con la frasecita de:"pan con pan comida de tontos",ahora las hecho en falta porque la verdad que son riquísimas,cualquier día de estos hago con la receta que mandas pero sin ajo que me sienta muy mal.BESAZOS nena.Charo
Que divertido lo que explica Marta, es verdad que decíamos hormigas, je,je entonces no me gustaban, pero ahora me las como con un gusto. Un beso muy grande.
Charo . Gracias por tu comentario.
Recibí tu mensaje.Gracias.
Me alegro de haberte recordado con este escrito días de tu infancia.
Para mi son los mejores años de nuestra vida.
Un beso.
Pepita
Que lindo recuerdo, se que lo que se vive en familia, con esa ternura y calidez, siempre permanecen en nuestro corazon y en nuestro recuerdo.
Saludos,
Soraya
Vuestros comentarios me animan a seguir escribiendo mis vivencias en El Blog de Josefa.
Gracias por vuestros comentarios.
Pepita.
Me cachis! y yo sin entrar a comentar!!!!
Qué sano sería ese desayuno, no entraban microbios con el ajo machacado.
Yo sigo tomando café de cebada que en mi país lo llaman Malta y lo traigo de allá pues es solo cebada, pues lo de aquí es con mezclas. Inclusive los venden en las casas de café molido en el momento para bolsita o cafetera italiana.
Hermosos recuerdos.
No conozco elsabor de las migas en mi hogar no las hacian,pero si recuerdo las tortas fritas y tu relato me hace recordar las que me hacia mi madre,tu relato tiene aromas,sabores y colores casi siento que estoy en ese momento a su lado,agradezco el poder leer su blog
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