Sesenta y un año de diferencia entre una foto y otra. Años vividos entre sombras y luces. Sin darnos cuenta pasan los años. En la memoria están los recuerdos felices y los tristes. No vale recrearse en los últimos. Pues solo lograríamos amargarnos En cambio los recuerdos felices refuerzan nuestra vida dando gracias a Dios por lo vivido. Y agradeciéndole su ayuda y resignación en los momentos más amargos vividos en estos años.