Años cuarenta. El labrador prepara la yunta de mulos enganchándola al arado. Una vez todo dispuesto, empieza la siembra. El labrador va abriendo un surco y en él uno de sus hijos (con edad de ir a la escuela) deja caer el trigo. Lo hace gustoso. Por la noche irá a la escuela. Ve como su padre trabaja con tesón y él se siente satisfecho ayudándole.
Años difíciles en los que todos grandes y pequeños tienen que colaborar en la casa del pequeño labrador. Aun así todos están contentos. Parece que naden en la abundancia. A la hora de comer las risas cantarinas de los niños llenan la casa. El padre tiene que intervenir pero cuanto más orden intenta poner más incontenida se hace la risa. La madre con infinita ternura intenta acallar las risas, pero al final ella y el esposo se contagian y acaban todos riendo.
Surca la tierra el arado;
Entre el polvo
va cayendo trigo