
La sombra de un árbol. Me trae imágenes de gente pasando un día de campo,
Sacando fiambreras con comida hecha en casa. Poniendo todo el esmero, quien la hace, para que guste tanto de vista, como de sabor...
De una pareja de enamorados, viviendo su idilio y grabando sus nombres en el tronco del árbol, en un afán de inmortalizar su amor...
De un labrador descansando después de unas horas de intenso trabajo...
De un Hombre recostado en el tronco leyendo un libro...
De un padre hablando con su hijo adolescente...
De varias amigas hablando y riendo...
De un joven sentado en el suelo con las piernas cruzadas, navegando por Internet, en su ordenador portátil...
De unos padres con sus hijos, hablando de la Maravilla de
la creación y descansando, después de una larga caminata...
Recuerdo que mi padre escogía el olivo que diera mejor sombra y allí nos sentábamos a comer y descansar, cuando terminábamos, la faena del campo...
Mi marido me cuenta que en su casa tenían un pequeño rebaño de ovejas y que el ayudaba guardándolas y que en las horas de sol las reunía a todas y escogía el árbol que daba la mejor sombra y debajo del árbol, el y las ovejas se resguardaban del calor del sol...
Como ves, Mari Carmen, he aceptado tu propuesta de participar en el juego de la escritura creativa, con este breve escrito.
Al escribirlo he recordado junto a mi esposo días vividos, en pleno contacto con la Naturaleza.
Sacando fiambreras con comida hecha en casa. Poniendo todo el esmero, quien la hace, para que guste tanto de vista, como de sabor...
De una pareja de enamorados, viviendo su idilio y grabando sus nombres en el tronco del árbol, en un afán de inmortalizar su amor...
De un labrador descansando después de unas horas de intenso trabajo...
De un Hombre recostado en el tronco leyendo un libro...
De un padre hablando con su hijo adolescente...
De varias amigas hablando y riendo...
De un joven sentado en el suelo con las piernas cruzadas, navegando por Internet, en su ordenador portátil...
De unos padres con sus hijos, hablando de la Maravilla de
la creación y descansando, después de una larga caminata...
Recuerdo que mi padre escogía el olivo que diera mejor sombra y allí nos sentábamos a comer y descansar, cuando terminábamos, la faena del campo...
Mi marido me cuenta que en su casa tenían un pequeño rebaño de ovejas y que el ayudaba guardándolas y que en las horas de sol las reunía a todas y escogía el árbol que daba la mejor sombra y debajo del árbol, el y las ovejas se resguardaban del calor del sol...
Como ves, Mari Carmen, he aceptado tu propuesta de participar en el juego de la escritura creativa, con este breve escrito.
Al escribirlo he recordado junto a mi esposo días vividos, en pleno contacto con la Naturaleza.